sábado, 21 de septiembre de 2013

Turdetania 8 y 9/ 13 o sobre la solidaridad en los caminos

Semanas pobres estas, diversos acontecimientos me han hecho bajar el ritmo de entrenamiento y temo resentirme la semana pasada solo entrené tres días: lunes (duro entrenamiento subiendo escaleras, unos 9 km.), martes (10 km. a un ritmo demasiado fuerte para mí, fui con un grupo de compañeros que están un punto por encima) y el domingo (15 km. por parte del recorrido). Ese último día fue interesante, corrimos cinco compañeros por parte del trazado de la Turdetania y me caí en dos ocasiones, la primera fue dura me lastimé la rodilla y el brazo, el terreno era irregular y Manolo presi del club y buen atleta a sus pasados 40 años, me enseñó la técnica de talonear cuando el firme en irregular y tiene piedras, además me comentó que no debería mirar más allá de tres metros y que no corriese en línea recta que zigzaguease. Me valieron sus consejos aunque a los diez minutos volviese a caerme. Subimos la cuesta de la Culebrilla y bajamos el cortafuegos que ha sido incorporado al trazado este año. Lolo y otros dos compañeros siguieron con la cuesta el Toro, pero Rafa y servidor nos quedamos en la Cantina (será uno de los avituallamientos de la carrera) tomando una cervecita, a mí las dos caídas me habían lastimado lo suficiente como para no forzar.
Esta semana ha sido parecida, hasta el miércoles no volví a entrenar. Lo hice en el estadio con series de 400 m., solo hice 8 series más los 4,5 km previos de calentamiento. Ha venido de visita la familia y quiero estar con ellos. El jueves llegó mi hermano con su mujer e hijas. La verdad, me fastidia que esté lesionado porque me hubiese gustado que viniese a hacer el Restringido mañana domingo, tiene un problema de rodilla. Cuando llegó al aeropuerto de Sevilla, me hizo una llamada perdida y justo en ese momento terminé de hacer los 16 km. de tirada larga. Llevé el material que vendrá conmigo el día D (medias compresoras, mallas, camelback 1 litro, bidón a la cintura 600 ml). Corrí por los caminos, pero de vez en cuando al hacer tramos de asfalto otros corredores me miraban como diciendo mira el flipao este, con mochilita y bidón a la cintura. Necesito hidratarme, sudo mucho. 
Me pasó algo curioso, en torno al kilómetro 12 vi a lo lejos una pareja que se acercaba. Se pararon. La mujer se encorvó como jadeando y negando con la cabeza. El chaval parecía animarle y ella insistía que no podía más, empezaron a caminar y llegué a su altura. Paré y le ofrecí agua a la muchacha, en principio rechazó. Insistí y consistió, le dio un buen trago y, confunsa, me miró y dio las gracias. Le dije: "lo importante es coger el ritmo, ya verás dentro unas semanas como no te pasa lo mismo". Me gustó aquel momento, esa solidaridad entre corredores que espero ver en la Turdetania. Un compañero de Club, Pedro Márquez, me contó que cuando haces ultratrails siempre tienes que llevar algo que te guste mucho, un alimento que independiente de su valor energético te produzca placer. Durante la realización de los 101 km. de Ronda, me dijo Pedro, dio la mitad de su bocadillo de jamón a dos corredores que estaban reventados. Y aquel gesto motivó sobremanera a los dos muchachos. "No veas como se pusieron" me dijo. Estoy deseando que llegue la Turdetania también para vivir esa fraternidad atlética. Hay que tener en cuenta que esta es una carrera no competitiva (el año que viene dejar de serlo).
Ayer viernes puede correr una horita por el barrio, dando vueltas al circuito de 3 km. 
Mañana, ahí está el dilema ¡Qué hacer! Tengo a toda la familia en casa y hay una quedada para volver al Restringido (parte del recorrido), quedamos a las 7 de la mañana con lo que a las 11 podría estar de tapitas por ahí... No sé estoy dudando aunque sé que es necesario entrenar sino será duro.
Veremos.

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