miércoles, 1 de enero de 2020

6 San Silvestres 6

Los excesos antes de llegar a correr la San Silvestre siempre son un elemento a tener en cuenta, el pistoletazo de salida lo dio la comida de empresa, después nochebuena y navidad y para rematar completabamos con una alubiada en la Arboleda, un día antes de la prueba.


Volamos desde Sevilla el 26 y este año tocaba promocionar el libro Aprende y disfruta, el 27 participé en el programa Objetivo Bizkaia de Tele7 y el mismo día 31 antes de la carrera me planté en el estudio de Radio Bilbao en el que Azul Tejerina me entrevistó sobre el libro:


Pero no nos desviemos de lo importante, el importante lastre que aquellas alubias de la Arboleda supondrían en una carrera que por sexto año consecutivo tenía lugar en mi pueblo de nacimiento (Barakaldo). Supuso un aparatoso propulsor para una edición en la que haría peor tiempo que el año pasado:


Durante todo el recorrido fui marcando con flatulencias los más de cinco kilómetros que tiene de esta carrera. Sin disfraz aparente (muchos participantes corren disfrazados) parecía un cohete, a veces pienso que debería haberme llevado el premio al mejor disfraz, si es que hay tal distinción.
Va siendo costumbre que corramos la carrera cinco valientes: Juanjo y Mikel (mi hermano) que residen en Barakaldo; Txabi y Aitziber (que vienen de Madrid y todos los años se disfrazan), y yo mismo que vengo desde La Algaba:


Los previos de la carrera son emocionantes, ya que también participan nuestras criaturas en un recorrido mucho más corto pero igual de emocionante, ahí los tienes con sus medallas:


Mi hija ha corrido todos los años desde que se creo la prueba, yo y mi hermano fallamos el primer año. Esta era la septima edición.
Muy buen ambiente como todos los años, saludando a amigos y conocidos del pueblo. Me encanta el clima que se crea en torno a esta San Silvestre. Como siempre, enhorabuena a la Sociedad Ciclista Barakaldesa por la organización de la misma.
Sobre el recorrido poco que decir, salvo que este año me ha costado bastante la cuesta de las torres, aunque mi orgullo me ha permitido no dejar de subirla corriendo. Muchas personas lo hacían andando. Para mí, la victoria de este año reside en haber aguantado ese tramo difícil sin dejar de correr.
Cuando entré en meta lo hice con mi hijo de la mano y me pilló por banda el speaker Alberto, con quien tengo una maja relación en las redes, no me lo esperaba, con la guardia baja cuando me puso el micro y me saludó, no sé ni lo que dije:


Esta foto me la hizo mi amigo Sergio a pocos metros de la meta.
Este año no hablaré de los kilos que me sobran porque a la vista está que hay bastantes, pero lo que también hay a raudales es felicidad por correr en mi pueblo junto a gente que me han acompañado desde siempre como Mikel y Juanjo:


El último día de este año 2020, a por la séptima.
Feliz año nuevo.
Por cierto, hoy primer día del año, al igual que el pasado año, he subido al monte (Argalario). Merece la pena terminar y empezar los años así, haciendo un poco de deporte. Ahora queda que entre medio metamos un poco más de ritmo y constancia deportiva.