lunes, 10 de septiembre de 2012

Yo también quiero una pura vida


“Esta es una historia que quiero creer simple y brutalmente honesta, como un trenzado mitad seda y mitad esparto en el que se mezclan sin ambages la naturaleza salvaje, el amor y la pura vida
escrito por Iñaki Ochoa de Olza en “Bajo los cielos de Asia” (Saga Editorial, 2010)

La semana pasada justo después de una sesión de entrenamiento me dedicí a terminar de pintar la habitación del hijo que espero, solo quedaban unos retoques en lo más alto, con lo que tenía que utilizar una de esas escaleras de bombero (la habitación tiene un techo en bajada y hay un tramo muy alto, la cota máxima quizás sean seis metro y medio). Anclé la escalera en medio de la habitación y la apoyé en el alto que me disponía a pintar. Estaba escuchando mi programa de viajes favorito "Levando anclas" a través del tunein (os recomiendo el programa y la aplicación). Justo Roge acababa de hablar con Isabel Suppé, una alpinista alemana que se había caído desde 400 metros en la Cordillera Real y que seguía viva. Poco después mi escalera se deslizaba peligrosamente con ayuda de las sábanas que preservaban el suelo de los goterones, hasta la pared próxima haciendo que el impacto la arquease y me despidiese describiendo una parábola que fue a impactar con la pared en la que se había frenado la escalera y finalmente hacia el suelo, saltando la paleta y la brocha por los aires. Caí de rodillas pensé que me había partido la rotula derecha y que iba a tener que dar por concluidos los entrenamientos de la semana y quién sabe si del mes. Pero afortunadamente no fue para tanto, solo un pequeño hinchazón y malestar. La situación me hizo pensar en Suppé, la cantidad de accidentes donésticos que acaban mal y también en Iñaki Ochoa de Olza, sobre el cual el año pasado escribí un post en otro blog y que hoy recupero aquí.


En el festival de cine de San Sebastián que se celebrará en breve, se presenta la película-documental “Pura vida”. Narra la historia de un rescate en alta montaña. Concretamente el de Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna en 2008. Pena que los cines de hoy en día sean grandes superficies con múltiples salas en las que dan siempre las mismas películas, aunque disten 500 metros (doy fe que eso pasa en mi pueblo de origen). Será difícil encontrarla en la cartelera.
Qué pinta esto de un rescate en el Annapurna aquí, te preguntarás. Mucho. En la escuela debemos transmitir valores como el compañerismo, la amistad, el amor a la naturaleza e incluso el ser consecuentes con las acciones que cada uno toma en la vida, además de preparar al alumnado para conseguir un óptimo grado de madurez vocacional.  Pues bien, esta historia tiene todos esos ingredientes. La historia de una persona íntegra que hizo que un grupo de gente quisiese convertir, como hace cualquier persona que trabaja en Educación, lo imposible en difícilsalvar una vida a 7.400 metros de altitud.

Como recurso para trabajar la madurez vocacional puede ser interesante el libro “Bajo los cielos de Asia de Iñaki Ochoa de Olza, en él este himalayista nos cuenta su evolución dentro del deporte de alta montaña y todas las vicisitudes que le llevaron a ser un alpinista profesional.  Con una soltura y una escritura ágil, en ocasiones profunda, Iñaki se nos presenta como un idealista, con convicciones éticas y estilísticas acerca de cómo se debe ascender (y descender) las cumbres más altas del mundo: sin oxígeno de apoyo, sin utilizar cuerdas fijas que no hayan sido fijadas por él mismo y sobre todo con un respeto radical a la montaña y sus gentes.
Iñaki se muestra como una persona que amaba el Himalaya, habla de igual forma de sherpas que de expedicionarios y entabla relaciones que le permiten llegar a expresarse en nepalí.
Si más arriba presentaba la película ahora recomiendo el libro. “Los catorce de Iñaki” (Saga Editorial, 2011) deJorge Nagore que hace referencia a ese rescate que tuvo lugar en el Annapurna en el 2008, cuando Iñaki Ochoa de Olza  quedó enfermo a 7.400 metros en el descenso de una de las montañas más peligrosas del planeta. Se puede considerar la segunda parte del anterior.
Este libro muestra la generosidad de alpinistas que pusieron su vida en peligro por conseguir lo imposible. La lectura es emocionante, aun sabiendo el final del libro cada vez que uno cierra sus páginas un pensamiento recorré la lectura recién pausada “y si en realidad no murió y si al final le salvaron…
Como los Argonautas en busca del Vellocino de Oro estos catorce amantes de la montaña lucharon por rescatar a su amigo jugándose el pellejo. Creo que es digno de ser transmitido a una juventud, a veces olvidadiza con las necesidades de las personas con las que conviven la mayor parte del tiempo, sus compañeros.
De cara a plantear alguna actividad con el alumnado quizás este reportaje del espacio Informe Robinson (20 minutos) pueda servir. (Nota: recomiendo saltar hasta 1 min. 26 seg. para ahorrar simplonas comparaciones entre un futbolista que no tiene reparos en tatuarse el número del diablo en un hombro y un montañero que llevaba tatuado en la mirada la palabra Ángel.)
En cualquier caso aquí está (con menor calidad) la versión partida en tres fragmentos alojada en youtube, sin la distorsión demoníaca.
Durante los dos libros citados se hacen continuas referencias a un poeta al que Iñaki adoraba, Bob Dylan, y del que tiene influencias en su escritura. “Pero aún y así no me importan las cuspides de las montañas, esas cimas estériles que solo son la medida de nuestro propio ego. Quisiera desprenderme de ellas para siempre, quisiera no necesitarlas más”.
Por cierto, con la compra de estos dos libros se colabora con la fundación que lleva su nombre (Fundación Iñaki Ochoa de Olza – SOS Himalaya) y que pretende paliar las dificultades de las personas que viven en Nepal, Tibet y Pakistán, los tres países en los que se encuentran las catorce cumbres más altas del planeta.
Otra razón más por la que transmitir su historia a nuestros jóvenes ¿No crees?
Por cierto (otro), anímate a contar tu libro en Kuentalibros. Yo lo hice con “Bajo los cielos de Asia”
Gorka Fernández

lunes, 3 de septiembre de 2012

Solo quien resiste es capaz de competir

Se acabó agosto, terminaron las vacaciones. A decir verdad yo no podría aseverar que he estado de vacaciones, ya que no trabajo. Actualmente me encuentro en el paro. En octubre iba a empezar de nuevo a trabajar, lo hago intermitentemente, pero la semana pasada el responsable del centro de formación en el que iba a impartir un curso sobre Recursos Humanos me comunicó que la conserjería no tenía dinero para realizar los cursos y que por y tanto no se iba a empezar. Esto me sitúa en un momento en el que el periodo de desempleo puede ser mayor. Pero creo que he encontrado un hermoso aliado, mi amigo el running. Este último mes ha confirmado que el correr rehabilita mis pensamientos negativos, cuando corro no tengo recurrencias del tipo "no voy a encontrar curro", "si hubiese hecho esto o lo otro no estaría ahora así"... Cuando corro proyecto futuro, puedo hacer esto o lo otro y cargo pilas.
Hace dos semanas empecé a contabilizar los kilómetros que hacía por semana , la primera llegué a los 45 km. y en esta pasada la relación ha sido la siguiente:
Lunes 9 km
Martes 10 km
Miércoles descanso
Jueves 10 km
Viernes 6 km
Sábado descanso
Domingo 11 km
Total 46 km
Lo del viernes fue curioso salí a correr a las 6 de la mañana con la intención de correr 10 km pero debido a varias circunstancias, que otro día contaré, solo pude completar la media docena.
Ayer dejamos a la cría dormir con los abuelos y al no tener nuestro despertador natural de fin de semana hizo que los levantásemos más tarde de lo normal y empezar a correr a una hora que me impidió llegar a los 15 km en mi primera "tirada larga".
Lo importante es que me mantengo constante y que ya no jadeo cuando termino los 10K, he bajado hasta los 85 kg. con lo que estoy en el ecuador de mi objetivo "fisiológico" bajar hasta los 80 antes del 30 de octubre.
Ahora viendo la vuelta y su etapa reina, hoy entreraré después no sé si haré gimnasio o carrera. 
En la publicidad, por lo que se ve ha vuelto a la televisión pública, uno de sus patrocinadores dice que "solo quien resiste es capaz de competir" Pues eso, resistiré.