jueves, 23 de agosto de 2012

Por qué Doctor Murakami




Hay días en los que los elementos se alinean y te dirigen a escribir un post. Hoy he terminado de leer 1Q84 de Haruki Murakami y he empezado con "El palacio de la luna" de Paul Auster. Resulta que el protagonista de esta última se llama Marco Stanley Fogg, llevo poco leído pero el principio hace una amplia descripción del personaje. En un momento dado Víctor el tío del personaje que se hizo cargo de él ante la ausencia de sus padres le dice que estaba predestinado a viajar ya que se llamaba Marco como Marco Polo, Stanley como el periodista del New York Herald que encontró a Livinstong en el lago Tanganica y Fogg como Phileas Fogg el personaje de la novela de Julio Verne "La vuelta al mundo en 80 días". Me resultó curioso encontrarme con Stanley y Livinstong después de haber leído a Murakami y me dije que debía explicar en el blog por qué se llama así "Doctor Murakami, supongo".
David Livinstong fue un aventurero que cuenta entre otros hallazgos con el descubrimiento de las cataratas Victoria, después despareció y nadie sabía dónde se hallaba. El periódico neoyorquino citado organizó su búsqueda y la encomendó a Henry Stanley su búsqueda, este cuando llegó frente al aventurero inglés le soltó las famosas palabras: "Doctor Livinstong, supongo".
Yo cuando dejé de practicar balonmano anduve buscando un excusa para volver a hacer deporte y la encontré leyendo el libro "De que hablo de correr cuando hablo de correr" de Haruki Murkami, me sugirió un hipotético encuentro con el autor entre las letras de su libro y pensé que tras haber estado buscando, el hecho de encontrar al Doctor Murakami me había posibilitado empezar a correr, por eso la frase que preside este blog. Abrí el blog, empecé a correr y me dije algún día terminaré un Maratón. Y en esas estamos.
Los entrenamientos van bien, la semana después a conseguir la hora del tirón corriendo salí cinco.  días y esta llevo tres, esta mañana he corrido nueve kilómetros por la playa, había oído que el ángulo de pendiente de la arena era perjudicial pero no había leído en ningún sitio que si lo haces descalzo te pueden salir ampollas en los dedos gordos. En fin dejaré de emular a Antón Krupicka y me centraré en el cómodo calzado amortiguante sobre tierra firme.

sábado, 11 de agosto de 2012

Soltando lastre



Mientras escribo esto escucho en ronroneo de una final de consolación femenina de voleibol entre Corea del Sur y Japón.

Estoy contento ya que he cumplido uno de mis objetivos deportivos, hoy después de más o menos dos meses corriendo he llegado a completar una hora. Ya lo había conseguido en el gimnasio haciendo veinte minutos de elíptica, cinta y stepping. Me quedaba el asfalto. Hoy lo he conseguido. Y me siento orgulloso, todos necesitamos objetivos para poder avanzar.
Aquí en Cádiz me he quitado al menos diez grados de calor, con lo que salir a las 12:00 no es ninguna locura. En estos dos meses he hecho alguna que otra, sin ir más lejos este miércoles salí a correr a orillas del Guadalquivir desde el barrio sevillano de San Jerónimo hasta la pasarela de La Cartuja. Desconocía el tiempo que me llevaría, finalmente eran 25 minutos. Eso sí hacía 35 grados.

Japón gana el bronce en voleibol femenino, a ver que dan ahora, que no sea hípica por favor.

Llevaba mi mochila con dos botellitas de medio litro una cayó durante el trayecto y la hora nada más llegar a mi destino.

Kayak, ni tan mal.

El asunto es que a pesar de las pegas que me ponía mi mujer, saberodora de los efectos de la calor vespertina, yo me dije si Carles Aguilar ha hecho 114 km. en el Desert Isostar en el desierto de los Monegros por qué no iba yo a hacer esos apenas 4 km a la orilla de un río. Lo hice. Y no fue tan duro.
Lo de hoy ha sido pundonor, pasado el minuto 50 que era mi anterior límite los minutos caían como horas; en el 58 entraba en la playa La Ballena repleta de turista que aunque estaban a lo suyo seguro que alguno que otro levantaba la mirada del libro para pensar "mira como chorrea, con lo bien que se está aquí sentadito en la tumbona debajo de la sombrilla". Mientras yo miraba como los segundos se precipitaban sin remisión hacia los sesenta minutos esta decadencia temporal era aderezada con un olor intenso a mar que simbolizaba la corona de laurel ,premiando mi primer objetivo serio conseguido.

Sigo peleando con el objetivo más exigente, bajar hasta los 80 kg. antes de que nazca mi segundo hijo. Desde que me lo propuse solo he bajado un kilo, imagino que la falta de la planificación alimenticia tiene la culpa. Veremos en septiembre, tengo de plazo hasta noviembre, si el mozo no se adelanta. Necesito bajar kilos. Solo coger la garrafa de agua de 8 litros para reponer la botella de la nevera y pensar que corro con eso de más... comprendo lo necesario que es bajar.
No miro el kilometraje que hago a la semana, ni por consiguiente lo que tardo en hacer un kilómetro, ahora estoy en fase soltar lastre,  corro a trote cochinero. Ya vendrán nuevos objetivos igual de motivantes.
Sin motivación no hay acción.

(Por cierto la foto que preside el post es del 14 de junio, ahora sudo más.)

No me resisto a pegar aquí una reflexión que hice en Facebook, así lo abro a todo el mundo:

EL DEPORTE Y EL OLVIDO. 
Decía Jorge Luis Borges que él no hablaba de venganzas ni perdones, que el olvido es la única venganza y el único perdón.
Esta sociedad en la que vivimos es proclive al olvido. 
Pasarán dos o tres años y los que ahora nos desgobiernan harán cuatro o cinco concesiones, nos dirán que todo ha mejorado por sus reformas y ya no nos acordaremos de como estabamos antes

. Recuerden esto (sé que se les olvidará) los que ahora recortan, amputan y dinamitan nuestras carteras sabrán como darle la vuelta mediante los medios de comunicación que ya controlan.
¿Acaso vamos a volver a ver un partido de Waterpolo femenino hasta dentro de cuatro años? El lunes que viene ya se nos habrá olvidado que existen otros deportes que no sea el fútbol, ya pensaremos en la primera jornada de liga de fútbol y no recordamos muy bien que era aquello de un ippon en judo.
Ahí están los deportes olvidados y con ellos su deportistas, si no es por los juegos Olímpicos no hubiesemos sabido del coraje de la gimnasta alemana Oksana Chusovitina que con 37 años competía en un deporte donde la juventud parece ser condición necesaria, esta siguio compitiendo porque tenía que pagar el tratamiento médico de su hijo o el de otro gimnasta este irlandés, Kieran Behan, que cuando era apenas un niño, una operación en la pierna le generó tanto daño en los nervios que su pie izquierdo quedó entumecido. Los médicos le dijeron que no podría volver a caminar.Ahí ha estado siendo el segundo gimnasta que representa a su país en unos juegos olímpicos.
Nos olvidaremos de todo y volveremos a reducir al deporte femenino a lo bonito y sensual de un apretado uniforme en las jugadoras de voleibol.
Apuntaremos a nuestro hijo a fútbol a pesar de tener este más capacidad para el atletismo.
Nos olvidaremos.
Todo se nos olvida, eso sí dentro de cuatro años en Río de Janeiro volveremos a vibrar con el ping-pong. Siempre y cuando compita Juanito. Acuerdense de cuando no había ningún Fernando Alonso ¿A cuántos les gustaba la Formula1?
Javier Gómez Noya, plata en triatlón, dijo "Cruzas la línea de meta y solo piensas en que se ha acabado el sufrimiento, y no solo la carrera, sino todo el sacrificio de los últimos años”.
Ellos y sobre todo ellas el lunes volverán a sufrir nosotros o muchos de nosotros a olvidar.